Con la crioterapia se congela el tejido prostático a -180 grados disminuyendo las complicaciones derivadas de la cirugía convencional, es una técnica muy indicada para tratamientos focales.
La crioterapia es menos invasiva que la cirugía, de manera que usualmente hay menos pérdida de sangre, una hospitalización más breve, menor tiempo de recuperación y menos dolor.